Acho estol

La patota

Acho estol
En el centro de la plaza, la hora de los valientes
la Córdoba y la Corrientes se trenzaban por el honor.
Cuchillo, cadena y faca patada, puño y cabeza
no es un cuento de los veinte, ya existía el rock and roll.

El Chino era karateca con estilo y profesión,
se cargaba a cuatro o cinco sin armas y sin sudor.
Siempre había un gordo efectivo que aplanaba con rigor,
siempre había un petiso erguido con nariz de boxeador.

Calentaban con ginebra y escuchaban a Manal
le rajaban a la cana como mi perro al bozal.
A pesar de lo salvaje no se daban a matar
se querían en el fondo, su deporte era pelear.

Se acabó con los milicos la violenta tradición
el chino terminó preso sin indulto ni perdón.
Al petiso lo mataron en alguna confusión
el gordo se hizo cana, la puta que lo parió.

Encontrou algum erro na letra? Por favor envie uma correção clicando aqui!